El troquelado (o impronta) es un tipo de aprendizaje que se da en las primeras etapas de la vida, durante un periodo crítico, y que permite, ante una determinada estimulación, desencadenar una respuesta innata.
Se manifiesta de manera muy llamativa en los patos y gansos recién nacidos. Cuando éstas y otras aves acaban de salir del nido, siguen por instinto un estímulo móvil, tanto si se trata de otra ave, como de un objeto (por ejemplo, un globo o un pequeño tren eléctrico), como de un ser humano (el propio experimentador, o un niño, etc.).
Existe dos tipos de impronta, que se dan en momentos madurativos diferentes.
En la primera, llamada filial, el animal se conecta con la especie “de sus padres”. Es decir, el primer objeto que ha visto en movimiento durante su periodo crítico tras el nacimiento.
La segunda se llama impronta sexual, y consiste en que, al llegar a la vida adulta, el animal se sentirá atraído por la especie “de sus padres” o por otra con la que haya contraído dicha impronta.
En el siguiente vídeo se puede ver a Konrad Lorenz, Premio Nobel de Medicina, que describió y estudió el troquelado, y fue el fundador de la Etología moderna.