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El Sutra del Corazón

El Sutra del Corazón se llama también el sutra (narración, historia) de la esencia de la sabiduría, y es una de las narraciones más importantes dentro del Budismo Mahāyāna.

Se trata de un poema escrito en 14 versos en sánscrito. Fue compuesto probablemente en torno al siglo I d.C., aunque la versión más antigua que se conserva en la actualidad es de entre los años 200 y 250 d.C.

Veremos, en primer lugar qué dice este Sutra, luego expondré algunas claves para entender mejor este texto, y por último, haré un comentario sobre el significado de este texto para el Budismo Mahāyāna actual.

Texto del Sutra del Corazón

Esto es lo que he oído.

Un día que el Bendito se encontraba en Rajagriha[1], en el Pico de los Buitres, junto con una gran reunión de la sangha[2] de los monjes y una gran reunión de la sangha de los bodhisattvas[3], se sentó a un lado y entró en el samadhi[4] que designa al dharma[5] llamado «iluminación profunda”.

Al mismo tiempo el Noble Avalokiteshvara[6], el bodhisattva de la compasión, que meditaba en la profunda prajnaparamita[7], comprendió que los cinco skandhas[8] carecen de naturaleza. Entonces, influido por el Buddha, el Venerable Shariputra[9] le preguntó al Noble Avalokiteshvara, «¿Cómo debería proceder un hijo o hija de noble familia que desea ejercitar la profunda prajnaparamita?»

Consultado de este modo, el Noble Avalokiteshvara, el bodhisattva de la compasión, le dijo al Venerable Shariputra, «Oh Shariputra, un hijo o hija de noble familia que desee ejercitar la profunda prajnaparamita, debería comprender que los cinco skandhas carecen de naturaleza.

La forma es vacío, el vacío es forma. La forma no es diferente al vacío, el vacío no es diferente a la forma. De igual modo, las sensaciones, las percepciones, los impulsos y las emociones, y la conciencia también son vacío.

Así, Shariputra, todos los dharmas están caracterizados por el vacío; no aparecen ni desaparecen, no son puros ni impuros, no aumentan ni disminuyen. Por lo tanto, Shariputra, en el vacío no hay forma, ni sensaciones, ni percepciones, ni impulsos, ni emociones, ni conciencia; ni ojo, ni oído, ni nariz, ni lengua, ni cuerpo, ni mente; ni color, ni sonido, ni olor, ni sabor, ni tacto, ni dharmas; ni vista, y así hasta ni pensamiento; ni ignorancia, ni fin de la ignorancia, y así hasta ni vejez ni muerte, ni fin de la vejez, ni fin de la muerte; ni sufrimiento, ni origen del sufrimiento, ni cesación del sufrimiento, ni camino; ni conocimiento, ni logro, ni no logro.

Por lo tanto, Shariputra, puesto que los Bodhisattvas no tienen logro, viven de acuerdo a la prajnaparamita. Como no hay obscurecimiento de la mente, no hay miedo. Transcienden la ilusión y alcanzan el nirvana completo.

Todos los Buddhas de los tres tiempos[10], por medio de la prajnaparamita, despertaron totalmente a la iluminación insuperable, verdadera y suprema. Por lo tanto, el gran mantra de la prajnaparamita, el mantra de la gran comprensión, el mantra insuperado, el mantra inigualado, el mantra que calma todo el sufrimiento, deberá ser conocido como verdad, puesto que no hay engaño. El mantra de la prajnaparamita dice así:

OM GATE GATE PARAGATE PARASAMGATE BODHI SVAHA

(Vamos, vamos, vamos más allá, vamos a la otra orilla, ¡Iluminación! ¡Gozo!)

De este modo, Shariputra, el bodhisattva de la compasión debería ejercitar la profunda prajnaparamita.»

Entonces el Bendito salió del samadhi y alabó al Noble Avalokiteshvara, el bodhisattva de la compasión, diciendo:

«¡Bien, bien! Oh hijo de noble familia; así es. Oh hijo de noble familia; así es. Uno debería practicar la profunda prajnaparamita tal como has enseñado, y al hacerlo todos los tathagathas[11] se regocijarán.»

Cuando el Bendito habló así, el Venerable Shariputra y el Noble Avalokiteshvara, el bodhisattva de la compasión, toda la asamblea, y el mundo entero con sus dioses, humanos, asuras[12], y gandharvas[13] se regocijaron, y todos ellos alabaron las palabras del Bendito.

Algunas aclaraciones conceptuales para entender el texto

[1] Ciudad del Noreste de la India, próxima a la ciudad de Patna y a la frontera con Nepal

[2] Asociación, asamblea, comunidad. Usada a menudo para referirse a la comunidad formada por seguidores del budismo o del jainismo

[3] Se dice de alguien firmemente embarcado en el camino marcado por Buda. La traducción literal es “ser iluminado”.  

[4] Estado de conciencia que se alcanza durante la meditación, en el que la persona siente que se está fundiendo con el universo.

[5] Puesta en práctica de las enseñanzas budistas que nos permiten protegemos del sufrimiento. Dharma en sánscrito significa “protección”.

[6] Significa literalmente “el señor que mira hacia abajo”, como se dice a continuación en el Sutra, es el bodhisattava de la compasión.

[7] Estado de la mente en el que se consigue una perfección de la sabiduría.

[8] Los cinco agregados en los que se clasifica toda experiencia individual. Para los budistas toda experiencia se compone de: a) Rūpa (el cuerpo en sí, pero también la imagen que el propio individuo se crea de él; incluye la forma y el cuerpo), b) Vedanā (es la información que recibimos a través de los cinco sentidos y a través de nuestra mente; esta información puede ser agradable, desagradable o neutra; incluye las sensaciones y los sentimientos), c) Sangñā (a partir de la captación de los registros sensoriales la persona forma unos objetos, pensamientos o ideas; incluye la percepción y la memoria), d) Samskāra (es la manera en cómo reaccionamos a lo que percibimos o recordamos, es decir, nuestra experiencia subjetiva de lo que hemos percibido o recordado; sería algo así como los “estados mentales”), y e) Vigñāna (respuesta de la mente al objeto percibido; a veces lo clasificaremos como deseable, no deseable o neutro; esto genera una fluctuación constante en nuestra mente que genera insatisfacción; sería algo así como nuestra “conciencia”)

[9] Uno de los diez principales discípulos de Buda.

[10] Presente, pasado y futuro

[11] Término que Buda usaba para referirse a sí mismo o a los que, como él, han alcanzado la verdad.

[12] En la terminología budista, los asuras son los dioses o semidioses que ocupan un peldaño más bajo en la escala de poder de los seres sobrenaturales. Por el contrario, en el hinduismo se les considera seres sedientos de poder, que terminaron siendo malignos o demoníacos.

[13] Otras deidades de bajo rango que podían volar y eran músicos excelentes.  

Importancia del Sutra del Corazón (también llamado Sutra de la Esencia de la Sabiduría)

En este texto se ve cómo el ser humano sabio, que es capaz de trascender la realidad de los fenómenos aparentes, se halla en disposición de comprender la realidad última de las cosas.

Recordemos que el objetivo de la práctica budista es hacer a sus practicantes libres del engaño que suponen los sentidos, las creencias y las ideas previas que tenemos a través de lo que hemos aprendido y visto hasta el momento. En palabras de la Psicología Cognitiva actual, «permiten cambiar nuestros esquemas mentales».

La realidad aparente es vacío, como también lo son las percepciones, ideas, recuerdos, o creencias que nos formamos a partir de estas primeras sensaciones con las que captamos de manera ordinaria la realidad.

Por ello, hay que acercarse a la realidad de otra manera a cómo lo hemos hecho hasta ahora.

La experiencia cotidiana nos dice que una mesa, un papel o una piedra tienen consistencia, son objetos que podemos tocar. Sin embargo, la Física nos dice que en realidad nunca llegamos a tocar los objetos. Los campos magnéticos de los átomos de nuestra mano son repelidos por los campos magnéticos de los objetos a los que nos aproximamos, pero este contacto directo nunca se llega a producir.

Pero si vamos más allá, dentro del átomo, las cosas tampoco son tan consistentes como nos parecen a primera vista. En realidad, el átomo es una entidad prácticamente vacía. Los electrones que giran alrededor del núcleo apenas tienen consistencia, son más bien una nube de carga eléctrica negativa que envuelve al átomo. De dicha nube no podemos conocer su posición con precisión en un momento dado, sin provocar grandes distorsiones en la realidad que pretendemos estudiar. El mismo núcleo del átomo (formado por protones y neutrones) tiene un volumen insignificante al compararlo con el espacio que el átomo ocupa (es decir, casi toda la materia es vacío). Al ir dentro de cada protón y neutrón, volvemos a encontrar vacío. La supuesta consistencia de cada protón o neutrón no es más que algo ilusorio. Dentro de cada partícula subatómica hay partículas más pequeñas, que a su vez se dividen en partículas aún más pequeñas, hasta llegar a simples haces de energía en movimiento.

Por eso cobran especial relevancia las palabras del Sutra del Corazón que nos recuerdan que:

[…] las sensaciones, las percepciones, los impulsos y las emociones, y la conciencia también son vacío.

Pero ¿qué hay de nuestros pensamientos? ¿Nuestros recuerdos? ¿Nuestras emociones? ¿Ocupan un espacio? ¿Los podemos medir?

A veces damos una importancia excesiva a una idea, a una emoción, a un proyecto, y al cabo de unos instantes, o unos años más tarde, sucede que nos damos cuenta que dicha construcción mental no nos llevaba a ninguna parte. Nos obliga a enfrentarnos de nuevo al vacío.

Ser conscientes de esta existencia ilusoria de la realidad nos permite mirar el mundo con otros ojos, con los ojos que captan la esencia de las cosas, que permiten distinguir lo que es importante de lo que solamente es transitorio o accesorio.

Este sutra nos invita a reflexionar sobre esta comprensión profunda de la realidad.

[…] en el vacío no hay forma, ni sensaciones, ni percepciones, ni impulsos, ni emociones, ni conciencia; ni ojo, ni oído, ni nariz, ni lengua, ni cuerpo, ni mente; ni color, ni sonido, ni olor, ni sabor, ni tacto, ni dharmas; ni vista, y así hasta ni pensamiento.

Publicado en Budismo, Pensamiento Oriental

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