La pregunta central en la metafísica del tiempo es si hay en el mundo que conocemos algo más que el momento presente. Para responder a esta pregunta se han propuesto tres modelos diferentes.
En primer lugar, los presentistas defienden que solamente existe el presente. Por lo tanto, el pasado y el futuro no serían reales. Por otro lado, los eternalistas consideran que tanto el pasado, como el presente y el futuro son reales. Todos se dan a la vez, y nosotros nos iríamos desplazando por ellos, de la misma manera que lo podemos hacer por una carretera. Por último, los posibilistas consideran que el pasado y el presente son reales, pero el futuro no lo es.
Cada una de las teorías anteriores tienen sus problemas, como veremos a continuación.
Problemas del presentismo
Principio de simultaneidad
En primer lugar, algunos autores han propuesto que la teoría de la relatividad parece contradecir la existencia misma de un presente. En realidad, la teoría de la relatividad no dice que no exista un presente, en el que podamos estar todos en un momento determinado. Lo que cuestiona de la teoría de la relatividad es el principio de simultaneidad.
Veamos un ejemplo, si nos situamos en lugares diferentes del espacio o si viajamos a velocidades diferentes, lo que para un observador serían dos eventos simultáneos, es decir, que suceden a la vez, para otro observador, situado en un lugar diferente, podrían no serlo. Por ejemplo, imaginemos un observador que se sitúa en un planeta A, al que le llega la luz de la Tierra justo en el momento en el que se está produciendo la revolución francesa, por lo que estaría a 222 años luz de nosotros, y al mismo tiempo, le llega la luz de una estrella que está a 20.000 años luz. Para este observador, estos dos eventos serían vistos como simultáneos. Sin embargo, podríamos pensar en otro observador que estaría en un planeta (que llamaremos B) un poco más cerca de nosotros, por ejemplo, a 150 años luz, mientras que estaría a la misma distancia de la estrella lejana. Para este observador, ambos eventos ya no serían simultáneos, sino que habría un desfase temporal entre ellos de muchos años.
El tiempo, además, pasa más deprisa o más despacio en función de la fuerza de la gravedad. Por ello, con diferentes velocidades temporales, esta simultaneidad entre observadores también se ve afectada. Pero esto no impide que esta coincidencia (o no coincidencia) de eventos se pueda dar para ambos observadores diferentes en un momento presente.
¿Qué hace ciertas las afirmaciones sobre el pasado o el futuro?
Otra crítica que se ha realizado al presentismo se basa en el hecho de que, si solamente existe el presente, ¿cómo podemos estar seguros de que afirmaciones sobre un suceso que ocurrió en el pasado o que sucederá en el futuro son verdaderas o falsas? Es decir, ¿cómo podemos comprobar el carácter de veracidad acerca de un evento que sucedió en un tiempo que no es real (porque ni el pasado ni el futuro lo son en esta teoría)? Así, afirmaciones como «la revolución francesa comenzó en Paris», o «el mes que viene será mi cumpleaños», no son verificables según esta teoría.
Porque si las frases anteriores son verdaderas, no hay nada que las haga verdaderas (ya que el pasado y el futuro no existen).
Problemas del eternalismo
Sin embargo, si consideramos el pasado y el futuro como reales, nos enfrentamos a otros problemas. Porque, imaginemos un mundo en el que el futuro es real:
Si nuestras elecciones ya están hechas, (dado que el futuro ya existe), ¿cómo podemos tener libre albedrío? Es decir, ¿cómo podemos hacer que el futuro suceda de otra manera?
¿O es que más bien no hay posibilidad de cambio? Si creyéramos que esto es cierto, nos estaríamos refiriendo a la teoría del fatalismo. Según esta teoría, no habría nada que pudiéramos cambiar, porque las «cartas ya están echadas». Por supuesto, son muchas las razones por las que no podemos defender esta teoría, pero este tema será tratado próximamente en otra entrada de este Blog.
Problemas del posibilismo
Imaginemos ahora que nos decantamos por la teoría del posibilismo, es decir, el pasado y el presente son reales, pero el futuro no lo es. Es este caso, los problemas de las teorías anteriores quedarían solventados, pero aparecerían nuevas cuestiones.
Ahora ya contamos con que el pasado y el presente existen, y el futuro no. En ese caso, ¿qué se transmite al futuro para que este se haga posible? ¿Qué entes o qué objetos persisten en el tiempo futuro y cuáles se pierden en el momento presente?
En un momento de nuestra vida somos jóvenes y en otra ancianos, ¿somos una especie de gusanos cuatridimensionales, con tres dimensiones espaciales y una temporal, y esta última dimensión contiene todos nuestros estados?, O por el contrario, ¿somos una entidad tridimensional que solamente existe completamente en el presente? Si es así, ¿cómo cambiamos nuestras propiedades a lo largo del tiempo? Veremos estas posibilidades próximamente en otra entrada de Blog.
Bibliografía recomendada
Algunas de las explicaciones han sido obtenidas del libro «The Oxford Handbook of Philosophy of Time» (Callender, 2011). Este libro contiene toda una sección dedicada a la metafísica del tiempo. Recomiendo la lectura de este libro para todos aquellos lectores que deseen profundizar es este interesante ámbito de estudio.
Se puede consultar más información sobre metafísica en la siguiente entrada de Blog.
Por último, para los lectores que disfruten reflexionado sobre la metafísica del tiempo, recomiendo la película Interestellar, de Christopher Nolan (2014).
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